La relación entre moda y comida nunca fue tan literal. Lo que antes aparecía tímidamente en campañas divertidas hoy se consolidó como un código estético potente: el foodcore. Una tendencia que transforma frutas, snacks y postres en estampados, accesorios y hasta en propuestas de pasarela.
¿Por qué ahora?
El foodcore no es una simple “excentricidad visual”. Responde a varios factores culturales:
- Escapismo visual: En tiempos de incertidumbre, la moda busca el humor, lo lúdico y lo descontracturado. Las referencias a dulces o frutas XXL ofrecen un respiro frente a la sobriedad del “quiet luxury”.
- Nostalgia generacional: La Gen Z y la Generación Alfa crecieron rodeadas de íconos gráficos de comida: desde emojis hasta packaging llamativos. Verlos en prendas conecta con recuerdos colectivos y con una identidad digital muy marcada.
- Cultura kitsch y viralidad: En la era de TikTok, un zapato con forma de croissant o un bolso con aspecto de frutilla es más que un producto: es contenido viral listo para compartirse.
Ejemplos en pasarelas y marcas
- Loewe (SS25): Jonathan Anderson jugó con el hiperrealismo en accesorios inspirados en vegetales y frutas, reforzando su búsqueda de ironía en la moda.
- Collabs emergentes: Diseñadores independientes están trabajando con estampados de dulces retro, cereales y hasta fast food como parte de cápsulas que exploran la cultura pop.
- Fast fashion: Marcas como Zara y H&M ya trasladaron la tendencia a remeras gráficas y accesorios accesibles, capitalizando el apetito juvenil por lo “divertido y coleccionable”.
Más que estética: un lenguaje cultural
El foodcore conecta con algo más profundo que la moda: es un lenguaje cultural compartido. La comida está presente en nuestras celebraciones, en la identidad nacional y en los rituales cotidianos. Convertirla en objeto de moda es trasladar esa cercanía a la indumentaria, generando productos que despiertan conversación y emociones inmediatas.
El futuro del foodcore
Si bien no reemplazará a los grandes ejes de la moda, el foodcore es un recurso cada vez más utilizado para capsular colecciones, reforzar campañas y conquistar redes sociales. Su fuerza radica en lo efímero, pero también en la capacidad de generar un statement en un mercado saturado de imágenes.
El foodcore no es solo un “estampado simpático”, es un reflejo del momento cultural en el que estamos: una moda que se nutre del humor, la ironía y la nostalgia para hablar con nuevas generaciones. Y, como toda tendencia visual potente, abre la pregunta: ¿hasta dónde llegará el apetito de la moda por lo gastronómico?




